Huracán Carter ha muerto. Todos somos un poco Huracán Carter. Todos hemos tenido que cumplir penitencia por algo de lo que éramos inocentes. ¿O no? ¿nunca te has tenido que comer un problema que no tiene que ver contigo?Algunos de ellos son de por vida, por cierto. Él estuvo 20 años en la cárcel hasta que se demostró que era inocente de los homicidios de los que se le acusaba. Pero ahora da igual, porque se ha muerto. Es un boxeador negro de dudoso pasado que tiene una película y un «lo siento, al final resulta que usted no era un asesino». Esta es un magnífica metáfora de lo que está sucediendo en todos los ámbitos de nuestro hoy-en-día. Le hemos dado por culo y tiene usted una hemorragia interna de por vida, lo siento. Usted va a morir porque dedicamos fondos a protocolo y no a sanidad, lo siento. Usted tiene que vivir a paso de semana santa porque no nos sale de la punta de la nariz que usted avance. Lo siento.
Yo creo que cada uno puede ser aquello que desee, siempre y cuando no de por sentadas los elementos de su entorno puesto que le condicionan. No somos culpables, nos sentimos culpables… nos hacen sentir culpables. Pero eso no depende de los demás, depende de ti.. Así que no mires hacia otro lado porque es tu responsabilidad. Yo, por ejemplo, siempre quise ser inmortal y ahora resulta que soy actriz e interpreto a un ser que no morirá jamás. Eso es actitud. Y como soy un oráculo antes de saber que Huracán había muerto me apunté a boxeo porque ya tenía yo cuerpo de vino y hostias. ¿Y tú, qué quieres ser de mayor?